En los tiempos actuales los lideres y las organizaciones han reconocido el papel que juegan las emociones de las personas en la cultura organizativa y cómo estas emociones se transforman en energía vital del clima organizacional.

Pero el verdadero desafío esta en cómo aprovechar esa energía de las personas, para lograr el máximo rendimiento y potencial, impulsando de esta manera movilizar la energía organizacional.

Según Heike Brunch , para liberar y canalizar la energía hay dos estrategias posibles: