No se trata de decir sí a todo. Es fundamental identificar tu propósito y priorizar y elegir lo que es importante para ti

Crecí en un mundo donde las mujeres teníamos que complacer a todos. Luego entré al mundo profesional donde se espera decir que sí a cualquier solicitud de mis líderes y clientes. Posteriormente me convertí en madre y empresaria.

Si a los roles profesionales le sumamos los roles familiares y sociales, con los estándares en redes, compromisos, responsabilidades, lo que tenemos que coordinar, los imprevistos, simplemente no alcanzamos a terminar, porque sentimos que a todo le tenemos que decir sí.

En aquel entonces mis anhelos no eran salud ni descanso, yo quería días eternos para que el tiempo me alcanzara para todo.

Fue en ese momento de saturación extrema, donde anhelaba días de 35 horas, que volví a trabajar con un coach. Estaba buscando una fórmula mágica que estirara los días. Era algo como:

– “necesito más técnicas de productividad”,

– “quiero estar menos estresada”,

– “quiero que el tiempo me alcance para todo”,

Hasta que me preguntaron:

– ¿qué es todo?,

– ¿para qué?,

– ¿y cuándo alcances todo, qué vas a lograr?,

– ¿qué pasa si no puedes lograr todo, aunque el día dure 35 horas?

En realidad, el proceso fue largo y profundo, fue mi coach quien me llevó a ampliar perspectivas, al ayudarme a detener y observar que siempre vamos a querer hacer más y más.

El Capítulo de Panamá de la International Coaching Federation –ICF es una asociación sin fines de lucro, comprometida con el fomento y la difusión de la práctica profesional y ética del coaching. Está afiliada a la International Coaching Federation-ICF, la organización global más grande y reconocida de Coaching. www.icfpanama.orgwww.coachfederation.org

Siempre habrá trabajo pendiente, así estamos contratados. No nos asignan algo y una vez que terminamos esperamos a que nos asignen otros, además las responsabilidades adicionales no se detienen. Esa sensación de falta de control, de estrés constante desde que me despertaba contra reloj para cumplir todo me dejaba exhausta y mi trabajo, así como mi humor en ocasiones no era el mejor.

Hubo un ejercicio fundamental para descubrir que mi vida personal sufría, porque no tenía tiempo para nada y porque cuando finalmente estaba con mi familia, muchas veces estaba en modo automático con la cabeza en otro lado.

Con mi coach empezamos por identificar qué quería yo. Qué era lo realmente importante para mí, en un ejercicio profundo de propósito y cómo quería lograrlo.

Teniendo muy claro mi propósito y objetivos se me hizo cada vez más sencillo el decir no; el priorizar y el agendar lo que era importante.

Empezaron a aparecer sutilezas desde la forma en la que disfrutaba el café en la mañana, cómo elegía mi agenda, espacios conscientes de descanso, proyectos que me motivaban, reuniones con amigas, comidas con mi familia, entre otras.

El tiempo que nos queda para hacer las cosas que realmente queremos es poco y tendemos a mirar el tiempo personal como el tiempo que sobra. Si cambiamos la perspectiva y vemos el tiempo laboral desde las oportunidades de hacerlo más eficiente, y realmente elegimos cómo queremos vivir el tiempo personal, la sensación cambia profundamente.

Si tienes una constante sensación de atraso y estrés reflexiona si todo lo que haces lo haces conscientemente:

– ¿Cómo y qué escoges?

– ¿Qué quieres y para qué lo haces?,

– ¿Cómo es tu relación con el “No”, ¿sientes cargo de consciencia?

Desconozco las razones que tuvo Shakira para salir con la palabra NO, conozco bien de cerca las mías. Para mí es empoderamiento al escoger lo importante. Esa pequeña palabra me liberó de muchas cosas, haciéndome más productiva y feliz en muchísimas más. Sin mi coach ejecutivo lo más probable es que todavía estaría estresada anhelando los días de 35 horas.

Un proceso de coaching te puede apoyar en identificar tu propósito, aumentar tu productividad, disminuir el estrés mientras priorizas y eliges lo que es importante para ti.

La autora es consultora gerencial y coach ejecutivo. Fue Past President del ICF Capítulo Panamá.


Por Maritzel Cruz